La discriminación es una conducta, culturalmente fundada, sistemática y socialmente extendida, de desprecio contra una persona o grupo de personas sobre la base de un prejuicio negativo o un estigma relacionado con una desventaja inmerecida; y que tiene por efecto (intencional o no) dañar sus derechos y libertades fundamentales
Jesús Rodríguez Zepeda
Desde que era niña y cursaba la primaria observé que las preferencias eran notorias; en primer lugar me daba cuenta que la maestra sentía demasiada afinidad por la niña de piel blanca y bien parecida que se sentaba en seguida de su escritorio; del mismo modo los compañeros y compañeras de mi salón tomaban esa misma actitud queriendo estar con la niña más bonita del salón, misma que portaba la bandera; recuerdo tener escasos 7 años, y no te sorprendas pero hay personas muy observadoras y hay cosas que se traen a la memoria cuando se relacionan con algún acontecimiento, sumando que los niños son como esponjas y en sus primeros años aprenden y definen su carácter y personalidad. Definitivamente lo que los rodea queda impregnado en cada uno el resto de nuestra vida.
La discriminación como parte de la cultura social
Hoy me doy cuenta que la discriminación es una cultura aprendida socialmente y que se pasa de generación en generación; no me refiero a la discriminación sin valoración como separar, distinguir, escoger, esto es una actividad que hacemos cotidianamente que no afecta a nadie; sobre todo cuando son cosas las que ordenamos. Estoy hablando de ese trato diferente que se da a las personas y que le otorgan un valor como si se tratase de una cosa que tiene precio.
La sociedad tiene un grave problema que se ha generalizado y es precisamente dar valor a las personas bajo su propia opinión y concepto, muchas de las ocasiones provocado por terceros sin darse la oportunidad de conocer a la persona a la cual se le pone un signo de pesos, o bien un valor peyorativo.
También es el desprecio por lo diferente como el color de piel, la forma de pensar, las preferencias sexuales, la religión que se profese, y esto detona en un rechazo y exclusión, como si viviéramos todavía en el año 0, ¿dónde está la evolución del pensamiento?, ¿los avances tecnológicos?, ¿esa lucha por las diferencias?, ¿esa defensa por la dignidad e igualdad de la mujer?, algo se está olvidando y es la coherencia entre lo que se dice y se hace.
Todos tenemos derecho a la NO discriminación
La discriminación es un juicio personal que da connotaciones negativas al ser humano, es una manera de desprecio, exclusión y rechazo. ¿quién se atreve a despreciar? Definitivamente es quien se cree superior a los demás en su propia opinión por tener un cargo público; un título universitario o quizá solo la primaria y considera que otro ser humano no vale, como si se tratara de otra raza inferior; cuando todos somos seres humanos.
Los prejuicios y la estigmatización no se han quedado en el pasado y a pesar del llamado al respeto a la diversidad la verdad es que como sociedad nos falta mucho para ser respetuosa; no hemos entendido que compartimos el mismo mundo y que las reglas de convivencia se deben basar en el respeto a la dignidad humana, necesitamos reflexionar que para vivir mejor debe existir una convivencia armónica, madura, justa e incluyente; y los primeros en poner el ejemplo son aquellos en quienes cada país ha confiado su gobierno, aquellos que deben hacer justicia, los que velan por el bien social, los medios de comunicación que informan y sirven a la sociedad.
¡Qué nada nos extrañe!, pues finalmente lo que ocurre es provocado por los mayores, ojalá que los que educan a los niños y jóvenes, los que somos padres, y TODOS podamos realmente respetar y no sigamos inculcando en las nuevas generaciones actitudes y comportamientos que laceran la dignidad de las personas y sigamos juzgando y despreciando.
Finalmente, la discriminación es una conducta, culturalmente fundada, sistemática y socialmente extendida, de desprecio contra una persona o grupo de personas sobre la base de un prejuicio negativo o un estigma relacionado con una desventaja inmerecida, y que tiene por efecto (intencional o no) dañar sus derechos y libertades fundamentales.
Redacción USJ