Hace unos meses, las redes sociales sacudieron al mundo con una noticia que parecía conmover a todos: gran parte de la Selva del Amazonas se estaba incendiando, fue un tema que creó tendencia en Twitter e Instagram, era de lo único que se hablaba, había publicaciones reflexivas y estados donde resaltaba el dolor de perder uno de los pulmones más grandes de América.
Intento de minimizar los estragos en las amazonas
Según fuentes oficiales y un mensaje del Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, la información era una campaña de mentiras orquestada por la prensa local y negó que la Amazonia, ubicada en su mayoría en territorio brasileño, no estaba siendo consumida por el fuego.
Estas declaraciones, en mi opinión, nos hizo dudar de lo que estaba pasando y dejó de ser tendencia, los datos e imágenes dejaron de circular y la preocupación bajó, es más, el tema se olvidó.
En un viaje a Perú que realicé hace unos días, tuve la oportunidad de conocer a muchas personas de Brasil y no dudé en preguntar acerca de esos incendios y la respuesta me sorprendió. Sí fue verdad, la Amazonia, sus especies, sus árboles y grupos indígenas que ahí viven, están en peligro.
Indiferencia ante un grave problema, la contaminación mundial
Con tristeza, todos lamentaban la situación que se vive ahí, el daño por el fuego, la deforestación y otros tópicos que dejaron de ser tendencia y motivo de plática y, por consiguiente, de inacción, pues no ese hizo nada por salvar la Selva y mucho menos el planeta.
Seguimos siendo indiferentes pese a los gritos que da la Tierra. Somos ciegos a la basura, la contaminación del aire, al desperdicio de agua, al uso indiscriminado del coche, al desperdicio, la utilización de desechables y podría seguir con la lista de acciones que sabemos provocan el cambio climático, la pérdida de especies y la aparición de fenómenos naturales más fuertes y frecuente como la granizada en el oriente de la Ciudad o el aluvión de San Gabriel que sepultó la mitad del pueblo y mató a cinco personas.
Nuestras acciones por nuestro hogar, lo harán mucho mejor para futuras generaciones
No comenzaremos siendo grandes activistas como la adolescente sueca de 15 años Greta Thunberg, quien ha dado conferencias en la ONU y lecciones a grandes líderes y población en general para demostrar la lucha que se puede hacer contra el calentamiento global.
No se trata de edad, nacionalidad, aptitud o razas, se trata de acciones, de que todos pongamos nuestro granito de arena y recordemos que es nuestra responsabilidad cuidar la Tierra, porque es el único planeta que tenemos y nos lo estamos acabando.
Autor:
Sabdi Rebeca Altamirano